El Acné y el exceso de sebo
| On Nov05,2020
El acné, una de las afecciones de la piel más frecuente principalmente en la juventud, pero que puede incidir en cualquier etapa de la vida.
A todos nos ha salido por lo menos un granito en la vida, sentimos que esas irritaciones son difíciles de cubrir y terminamos pasando el día sintiéndonos cohibidos, preguntándonos si todos están mirando el grano que tenemos en la cara. Pero también, se presentan cuadros de Acné mucho más severos que muestran diferentes causas que tocaremos rápidamente en este artículo.
Sabemos que esta disfunción dermatológica afecta a miles de personas, no solo en su aspecto físico, sino que también causa estragos en la autoestima, incluso en las personas más “seguras”.
No obstante, podemos decir que el primer paso para abordar un problema es conocer realmente de qué se trata y entender las causas subyacentes. Así que vamos por partes:
¿Qué es el acné y cómo se produce?
Pues bien, aquí lo pondremos lo más claro posible. El acné es una afección de la piel en el que las lesiones comienzan en la parte superior del canal folicular (donde nace cada pelo), cuando las glándulas sebáceas generan más secreción de la que la piel es capaz de eliminar por descamación, y básicamente se producen tapones de grasa en esos folículos, conocidos como “COMEDONES”.
El aumento de sebo también, provoca un exceso en la producción de Queratina por parte de las células que tapizan el canal folicular. Por lo que se genera un bloqueo del canal que dificultará mucho más la evacuación normal del sebo
Por su parte, esos “tapones” o Comedones, según el grado de bloqueo del conducto, pueden ser abiertos o cerrados. Estos primeros, son los que aparecen como una elevación que al ser comprimida, libera una masa blanca (el sebo acumulado en el folículo). Éste no da lugar a lesiones inflamatorias siempre y cuando no tengamos la brillante idea de manipularlo.
Por otro lado, el comedón cerrado consiste en una pequeña erupción que por presión de la masa retenida sobre la pared folicular, produce su ruptura y la invasión del material hacia la dermis, es decir explota hacia adentro, por lo que puede iniciar un proceso inflamatorio.
La acumulación de este sebo favorece la proliferación de bacterias, normalmente bacterias de la misma flora cutánea normal, pero estas bacterias producen unas enzimas que descomponen el sebo, produciendo moléculas muy irritantes y dolorosas.
Al no cesar la producción de esta grasita y al no tener por donde escapar al exterior, se va acumulando debajo, formando bultos y delicadas lesiones en la piel que deben ser tratadas por especialistas.
Ya conociendo la dinámica del acné, el folículo, el sebo y demás terminología dermatológica, no podemos dejar a un lado lo que puede causar estas afecciones en la piel.
Por un lado, y como lo nombramos al inicio, la pubertad, una etapa de importante producción hormonal puede generar este problema, así como los cambios hormonales en la menstruación y el embarazo. También, los factores genéticos pueden estar involucrados con esta complicación en algunas personas, es decir si existe una predisposición hereditaria a presentar esta alteración, generalmente se presenta.
Por otro lado, existen otros factores como medicamentos, cosméticos, algunos productos químicos o incluso estados psicológicos y emocionales que pueden desencadenar el acné. Y finalmente, hay quienes aseguran que la alimentación y algunas causas ambientales tienen relación con esta afectación cutánea, que realmente tiene toda la lógica.
Por fortuna no todo son malas noticias, hay tratamientos fitoterapéuticos que pueden ayudarte a depurar, eliminar bacterias y reducir la producción de grasa de manera natural. La Bardana, el zapallo y el Aloe Vera representan una solución fácil de emplear y con buenos resultados sin efectos adversos.
Te invito a que compartas este artículo, seguro tienes por lo menos una persona que tenga este tipo de afecciones en la piel. Pronto tendremos en nuestra tienda un par de productos que lucharán contra el acné y el exceso de sebo.